Y no son precisamente peces, ni estamos en navidad. Estamos en un fin de semana cualquiera, en un parque cualquiera, de una ciudad cualquiera. Y es lo que hay… Jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y los 23 años de media, cuyo mayor entretenimiento es juntarse los fines de semana a beber. Parece que después del Parque de Bolas, pocas opciones “sanas” les quedan para entretenerse…
¿Cual es el perfil del participante en botellones?
En principio, la media de edad ronda los 23 años, aunque la mitad de los participantes son menores de edad. Dentro de los menores hay más mujeres que hombres, aunque estas también abandonan antes esta práctica que ellos.
Vamos a catalogar sus efectos en dos partes:
Por un lado se puede hablar del deterioro de la salud pública.
Tenemos una sociedad adolescente y joven, con una tolerancia al alcohol brutal. Lo que conlleva que tengan que beber cada vez más para coger el “punto”: Alcohólicos en potencia. Ash, si pasas por un botellón oirás los gritos ahogados de los hígados pidiendo auxilio, mientras el resto del cuerpo socializa con los allí presentes: - “¡Hola! Soy Juanjo...” -“¡Hola Juanjo! Te queremos Juanjo…”
Y enfermedades, a las que un gran número de la población se enfrentará en un futuro: cirrosis, hepatitis, pancreatitis, obesidad, perdida de capacidad cognoscitiva, desarreglos en el crecimiento (¡¡son adolescentes!!), trastornos mentales, ETS,..
Y ya no es solo el alcohol, es que estos ambientes son el caldo de cultivo perfecto para sembrar nuevas drogas entre la juventud.
Por otro lado, no podemos descuidar la alteración del orden público.
En los botellones hay seguridad…seguridad absoluta de que algo acaba mal. No se puede estar más seguro de algo. Doscientos tíos bebiendo como locos, y no están precisamente sentados en el suelo jugando inocentemente a la botella, ni con música chill out, ni conversando tranquilamente... no.
Están gritando, rompiendo botellas, metiéndose en broncas, insultando al que pasa, meando en todas partes, Intimando en los rincones… Ojito: eso si… el sexo SIIIEEEMPRE con control ( y con cariño Ash, y con cariño..). Control total de todo el que pasa por ahí… como decía la canción de Gabinete: "entre olées y ovaciones y aclamaciones de satisfaccio-óoon…”
Y el día después: levantarse temprano por la mañana (si es que has podido dormir) para dar un paseito y no poder ni respirar de la peste a meado, el tener que andar por encima de cristales, esquivar vomitonas, saltar sobre algún rezagado que ha quedado ¿dormido? ¿Inconsciente?, tirado en el suelo sobre su propia orina. Acaba la noche dejando, además, a chavales ingresados con comas etílicos, heridos y hasta muertos en las broncas.
Y tengo claro que la vida es así, y que por mucho que le digas a un adolescente si quiere beber beberá. Lo que ya me parece aberrante, es que los ayuntamientos habiliten zonas para hacer los botellones… ¿pero en que cabeza cabe?? Está prohibido el consumo de alcohol en la vía pública, pero te hago un botellódromo para que te bebas, tranquilamente, todo lo que quieras. Que absurdo…
Y claro Ash, ahora tú me dirás: “es que el alcohol es muy caro, se pasan tres pueblos en los bares con las copas…” Pues si, es cierto, pero mira, al menos es una forma de limitar el consumo, que no hay mal que por bien no venga…
Porque todo en definitiva se limita a eso: LIMITAR. Entiendo que es la edad de que beban, se diviertan (a su modo) etc.. pero dentro de unos límites.. Que son ampliamente superados los fines de semana y que ni familias ni autoridades han podido frenar. O no han querido..
Yo de todas formas, tengo la esperanza de de que esta moda, al igual que otras que ha habido anteriormente, terminen por pasar..
Ya sabemos que tenéis opiniones opuestas, pero no os preocupéis. La visita a este Blog es obligada. Ya nos habéis conquistado. Me gusta. Saludos
ResponderEliminarOs adjunto un enlace a una noticia aparecida hoy en el mundo sobre el tema http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/04/15/psiquiatriainfantil/1302889140.html
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