Muy buena tu entrada. Efectivamente, si, somos así. Tenemos un súper Bolso en el que nos caben todas esas cosas que tú dices, y mucho más (pero gracias por no nombrarlas). Y nos viene de perlas en más de una situación el recurrir a ese pequeño gran “kit” de supervivencia que es nuestro compañero diario de andanzas.
Pero ¡Ojito! Que a vosotros también os viene bien.. ¿no tendrás un ibuprofeno? ¿me guardas las llaves? ¿me dejas tu espejo, que creo que se me ha metido algo en el ojo? ¿Cariño tienes un boli? Y ya que estás…. ¿un papel?
Nosotras adoramos nuestro Bolso, y siempre nos sorprende con algo que dimos por perdido hace tiempo. Un buen día, rescatas ese bolso que lleva meses metido en el fondo del armario y te reencuentras, dentro del abismo de su fondo con unas gafas que diste por robadas, tu pintalabios
favorito del mundo mundial, dinero $_$, la nota que te escribió aquel chico tan mono aquella noche en una servilleta de papel. Todo cabe, todo vale.
Es un accesorio multiusos. Pero nunca, nunca, podremos ser tan cansinas con el Bolso como lo podéis llegar a ser vosotros con el móvil. Desde que tenéis Internet, se os va la vida en él. Es como el bolso de las mujeres, pero en su versión digital e interactiva. Ahí dentro podéis tener: las fotos de la última juerga, el video de la primera comunión del sobrino, el GPS (Dios que cruz, aunque así tenéis la excusa perfecta para mosquearos abiertamente cada vez que os perdéis, en plan ¡¡la miierda del mapa este!!), el correo electrónico (para el trabajo, si, espera…jajajajaja), los juegos, por supuestísimo, todos los juegos descargables habidos y por haber… y no es como nuestro bolso, no, que nos dedicamos a pasear y punto. Lo vuestro es una manía brutal a mirar y estar tocando todo el día la pantallita…
¡Aay!, si pusierais la misma dedicación en tocar otras cosas, que bien nos iría a todAs (hablo del plumero, por supuesto :).
¡Buenas tardes!
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